viernes, 30 de marzo de 2007

FECHAS DE ENCUENTROS DE "CULTIVANDO EL EQUILIBRIO"

Ayer fue nuestro segundo encuentro con nuestro grupo en este proyecto “CULTIVANDO EL EQUILIBRIO”. En breve publicaré un Post con algunos comentarios sobre la magia que se creó y espero que los participantes puedan seguir contribuyendo con algunas palabras.

Ahora, con más estabilidad, anunciamos todas las fechas, horarios y lugares de este primer nivel. Algunos habéis recibido una fecha diferente para el último encuentro de junio. Por favor, corregidlas. Hemos tenido que cambiarlas por fuerza mayor.




SALIDAS Y ENCUENTROS DEL PROGRAMA:

"CULTIVANDO EL EQUILIBRIO"


1ª Salida: Sa, 17-mar-2007 (ya hecha)
2º Encuentro BCN: Ju, 29-mar-2007 (ya hecho)

2ª Salida: Do, 15-abr-2007
2º Encuentro BCN: Ju, 26-abr-2007

3ª Salida: Sa, 5-may-2007
3º Encuentro BCN: Ju, 24-may-2007

4ª Salida: Sa, 30-jun-2007
4º Encuentro BCN: Pendiente

El lugar de las salidas os lo diremos por email o SMS unos días antes de la fecha. Aunque el punto de encuentro en la ciudad es la calle Girona esquina con Consell de cent y la hora es a las 9:30 (si no se avisa otra cosa). La duración aproximada es hasta las 6 de la tarde.

Los Encuentros de la ciudad serán en el centro:
ESPAI-AMALUR
Gran Vía, 688, 2º, 2ª (Gran Vía, con Girona, lado Mar, Besós)
El horario es de 19:00 a 22:00

PALABRAS DE IVONNE PARA EL GRUPO

Para “integrarme” en esencia al “espíritu colectivo” que se forme conjuntamente entre la madre naturaleza y sus hijas-os de la especie humana.

Desde mis adentros/afueras: Ivonne Gutiérrez Carlín (marzo 2007)

Tengo que decirles que Ahmed, con su exquisita sensibilidad, pensó/sintió que si no podía estar en el primer encuentro con ustedes, podría escribirles algo que leyera en voz alta, si se daban finalmente las reuniones, tanto en la ciudad como en el campo o en la montaña, así es que por eso es que podrán escucharme un poco.

[Nota de Ahmed: Con mi infinito despiste se me olvidó traer la carta al encuentro y he pensado que lo mejor es publicarla aquí para que todos la podáis leer. Mis disculpas, Ivonne]

Cuando medito sobre las presencias y ausencias que la vida nos va imponiendo por sus ires y venires, creo que lo más fuerte que se me viene a la mente es la posibilidad que nos brinda el lenguaje escrito y hablado, para manifestar, aunque sea en ausencia, lo que la presencia podría brindar al estar frente a quienes le escuchan.


Otras cuestiones importantes que me saltaron fueron el mar de sensaciones que siempre se me cruzan cuando estoy abierta a los cuatro elementos naturales que nos rodean: el aire, el fuego, el agua y la tierra. Todos juntos nos han regalado la vida en este planeta, además de que según los físicos y astrónomos, está probado que somos también hijas-os de las estrellas, pues llevamos en nuestro ser y en nuestra piel partículas del universo. Esta maravilla significa que somos parte del micro y del macrocosmos. Qué gran regalo, ¿verdad? No lo olviden ahora que estarán disfrutando del cielo abierto y con el menor número de cosas artificiales alrededor.


Ese es el espíritu con el que procuro respirar todos los días, el de la conciencia de la gran fortuna que tenemos todavía al poder disfrutar, al mismo tiempo, de nuestra vida en las ciudades, pero también cerca de la naturaleza, porque sin duda ésta nos entrega sus riquezas materiales (de ella nos alimentamos), pero además nos da su esencial y ancestral sabiduría. Es triste que las mutilaciones de la vida racional y occidental han ido haciendo menos o de plano ha sido desterrada esa sabiduría de nuestra memoria corporal, mental y sentimental, por lo que hemos perdido mucho de la capacidad de percibir más mensajes que el articulado en cada uno de los idiomas que dominamos. Porque no debemos olvidar que el susurro del viento entre los árboles lo sabían escuchar nuestros ancestros, pero a muchos de nosotros nos parece una locura pretender recuperar el conocimiento de esos códigos y yo les invito a que no se cierren, por el contrario entréguense a la posibilidad de reabrir los canales para aprender a vivir mejor, escuchando lo que está grabado en nuestros más generosos hermanos, que son los árboles y todas las demás especies de flora y fauna que, en general, nos ayudan no sólo a subsistir, sino a potenciar la poesía y la belleza de la vida. Creo que a tal punto que se nos olvida que podemos vivir, no gracias a una nueva tecnología como la computadora, que por supuesto es una herramienta muy útil hoy en día para nuestra vida urbana e intercultural, pero tampoco debemos olvidar que realmente vivimos sobre todo a que la tierra sigue dando frutos, a pesar de lo que la hemos contaminado y depredado.


En síntesis, lo que puedo decirles es: ábranse a lo todo lo que la madre-natura tiene para entregarles, desde la semilla que germina y nos alimenta, materialmente hablando, hasta los susurros esenciales que nuestros seres pueden percibir desde nuestras almas o espíritus, como quieran llamarles, que son tan importantes como respirar. No olviden nunca, bajo ninguna de las difíciles pruebas que la vida nos muestra para seguir aprendiendo lecciones, que la madre-natura puede sanar muchos de nuestros males físicos, mentales y sentimentales, porque ella, por sobre todas las cosas se ha dedicado a entregar generosamente todo lo que encierra: vida y más vida, belleza y más belleza. Un fuerte abrazo y beso para cada uno de ustedes.



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lunes, 19 de marzo de 2007

COMENZAMOS NUESTRO VIAJE “CULTIVANDO EL EQUILIBRIO”

Salida de Coach NaturaLlegó el día y este sábado 17 comenzamos con la primera fase de este viaje por la naturaleza. Volvimos a dirigirnos a Sant Llorenç de Munt, un parque lleno de sorpresas y riqueza, tan cerca de la gran urbe que es Barcelona.

Ricardo lideraba esta primera salida, que iba enfocada a la aceptación y el ahorro de energía. Ninguno de los otros tres compañeros de Coach Natura sabíamos lo que iba a hacer, pero nuestro papel era ayudarle y aceptar completamente su estilo. El grupo de 11 personas se entregó a cada ejercicio con ganas.

Fue un trabajo “increscendo”. Comenzó suave y acabó con un potentísimo ejercicio de reflexión en torno a nuestras quejas. Una oportunidad de verificar hasta qué punto habíamos encontrado dentro nuestro un poco de sostén sobre el que dar soporte a la aceptación.

Aceptar no es resignarse. Aceptar es mirar las cosas como son y poner la atención curiosa en lo que me suscita, en lugar de querer cambiarlo. Cuando acepto algo, estoy diciendo sí a abrir mi mirada y ver aquello de una nueva manera. Como escribió Nice, me atrevo a reconocer y legitimar las diferencias.

Cuando me resigno no acepto. Al resignarme digo "soy incapaz de cambiarlo y tampoco soy capaz de aceptarlo", luego soy muy poca cosa porque no puedo resolverlo. Cuando me resigno queda atrapada una enorme energía con forma de agujero negro. Conforme aquella circunstancia se repite, o parece que se repite, yo siento mi estado de ánimo hundirse en ese pozo y poco a poco se va instalando un rancio rencor dentro mío.

Cuando acepto hay un gran ahorro de energía. Ya no tengo que luchar contra la enorme tensión de la resignación. También dejo de tomar energía para defender mi punto de vista, mi diferencia. Pero no pierdo esta diferencia. al contrario. Sí, soy diferente y él/ella es diferente. ¿Y qué? La situación es diferente a como la esperaba, ¿Y qué?

Cuando acepto desaparecen los “tengo que” y la enorme energía que ellos consumen. Mantener un “tengo que” es mantener la energía de la resolución sin saber aun hacia donde dirigirla. Es como un karateka en combate contra un contrincante que aún no ha llegado. Son otra forma de pre-ocupación. Nos parece que los "tengo que" nos entrenan, nos sirven para preparanos para el momento de la actuar. Y supongo que algo sirven, aunque la realidad es un contrincante absolutamente inesperado.

Existen dos formas de ir hacia el cambio. La primera es creando una gran tensión en el cuerpo, un gran estrés. Toda la mente dice "tengo que" y se prepara. Es como si una orquesta comenzara a hacer un ruido enorme y cada instrumento avisara con todas las frecuencias y volúmenes posibles: “voy a tocar, sí, voy a tocar, cuidado conmigo que lo voy a hacer”.

La segunda forma de cambio es a través del fluir. El fluir es acción directa con delicado feedback. Los instrumentos van tocando y se van escuchando, lo hacen con cuidado, explorando sus posibilidades y permitiendo las de los otros. Poco a poco la música va emergiendo. Es una música viva.

Cuando aceptamos al otro, escuchamos su instrumento con una nueva curiosidad. estamos dispuestos a tocar con él. También nos damos cuenta de la manera en que queremos hacerlo, más cerca, más lejos, riendo o con solemnidad, yendo delante o detrás. Cuando aceptamos al otro ambos comienzan a transformarse. No puede ser de otro modo, porque lo vivo está siempre en cambio.

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